Hoy hablaremos sobre roma, un tema de mi clase de etimología.
 

La Antigua Roma es tanto la ciudad de Roma como el Estado que fundó en la Antigüedad. La idea de la Antigua Roma es inseparable de la cultura latina. Se formó por una agrupación de pueblos en el siglo VIII a. C. y dominó el mundo mediterráneo y la Europa Occidental desde el siglo I hasta el V mediante la conquista militar y la asimilación de las élites locales. Su dominio ha dejado importantes huellas arqueológicas y numerosos testimonios literarios. Todavía hoy da forma a la imagen de la civilización occidental. Durante estos siglos, la civilización romana pasó de una monarquía a una república oligárquica y luego a un imperio autocrático.
La imagen de una ciudad en continuo progreso no se corresponde plenamente con la complejidad de los hechos. Su historia no ha sido de crecimiento continuo: el progreso (a ritmos muy diferentes) ha sido seguido por el estancamiento y a veces incluso el retroceso. Pero los romanos lograron resolver las dificultades internas nacidas de la conquista bajo la República transformando sus instituciones republicanas. La fundación del Imperio por Augusto marcó el inicio de un período en el que la conquista romana alcanzó los límites del mundo conocido en aquel tiempo. La civilización romana, en parte influida por los griegos, tuvo una influencia duradera en las regiones conquistadas. A partir del siglo III, el mundo romano sufrió las grandes invasiones de los bárbaros del norte de Europa y Asia. Para resistirse a ellos, el Imperio necesitaba crear una nueva estructura burocrática y militar. 


Numitor era el rey de una ciudad de Lacio llamada Alba Longa. Fue destronado por su hermano Amulio, quien lo expulsó de la ciudad y procedió a matar a todos sus hijos varones excepto a su única hija Rea Silvia. Como no quería que Rea Silvia tuviera hijos, la obligó a dedicarse al culto de Vesta, asegurándose de esta forma de que iba a permanecer virgen.
Rea Silvia se encontraba durmiendo a la orilla de un río y el dios Marte se quedó prendado de ella, la poseyó y la dejó embarazada. Como resultado tuvo dos gemelos a los que llamó Rómulo y Remo. Antes de que el rey Amulio se enterara del suceso, colocó a sus hijos en una cesta en el río Tíber para que no sufrieran el mismo destino que sus tíos. La cesta embarrancó y los pequeños fueron amamantados por una loba, Luperca, y más tarde recogidos por el pastor Fáustulo y cuidados por su mujer, Aca Larentia. Se decía que habían sido educados en Gabio, localidad del Lacio; más tarde estos decidieron fundar Roma.

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